Y ¿COMO SIENTE SU PAÍS POLITICA Y ECONOMICAMENTE?
–SE LO RESPONDERÉ CON UNA PALABRA:
¡ESTUPENDO!
Por Julio Zamudio
Dicen que para conocer un país debes hacer dos cosas, visitar sus mercados y hablar con un taxista. Tuve la oportunidad de estar tres noches en Santiago de Chile y pude llevarme una breve impresión de esta hermosa ciudad.
Desde la zona donde me hospedé pude observar grandes y modernos edificios, calles amplias y limpias.
En los bares con mesas en la banqueta o lugares donde se encontraba gente caminando, se respira mucha tranquilidad, la gente es amable y sonriente, habla en voz baja, o quizá nosotros ya nos olvidamos de hablar así “normal”.
Nos informan que en Chile el índice de criminalidad es muy bajo, que es un país prospero y que va en franco crecimiento.
En la calle, la gente es amable, sonriente, viste bien y no anda con prisa, al contrario, se toman su tiempo para observar los detalles de su bella ciudad.
UN PASEO POR METRO
La estación del metro esta impecablemente limpia, modernos carros te transportan cómodamente, cada estación presenta un concepto diferente, pero todos relacionados con la cultura. Los usuarios, transeúntes terriblemente tranquilos, no corren, no voltean para todos lados desconfiando del vecino, es otra dimensión.
EL IMPRESIONANTE MALL ARAUCO
Belleza y modernidad en un cómodo y agradable lugar con áreas verdes, restaurantes al aire libre, platillos de todo el mundo, tiendas chilenas y las más populares y exclusivas de Europa y Estados Unidos. Por la tarde conciertos de música clásica al aire libre, otro concepto.
SE ACOBO EL TIEMPO
Los dos y medio días que estuve en Santiago fueron maratónicamente de trabajo, el poco tiempo libre lo dedique a caminar y tratar de conocer lo más representativo de la ciudad, definitivamente hay que volver en otro plan.
NOTA DE VIAJE: Por cierto la pregunta con la que inicia este artículo, se la realice a un taxista de edad madura, ya camino al aeropuerto, buscando yo algún “negrito en el arroz” y su respuesta me confirmó lo que observé durante mi breve estancia.
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