Esta prohibido tomar fotos mi jefe

 

Museo del Templo Mayor
Con mucho tiempo a mi favor, decido entrar al Museo del Templo Mayor, donde en primer plano se encuentran las excavaciones arqueológicas del sitio, y se encontraba el “malamente llamado Templo Mayor”, según palabras de Don José Torres, un guía no oficial que ofrece sus servicios no oficiales a las afueras del sitio arqueológico, de quien después platicaré sus interesantes conocimientos de nuestro México precolombino.

Museo del Templo Mayor: El Sitio Arqueológico
Al entrar a la zona arqueología, los pasillos te dirigen a los detalles de las excavaciones y esculturas que lo componen. 
Es muy satisfactorio que los corredores por donde camina el visitante, no afectan la construcción original, pero le permiten caminar “en medio” del edificio, el paseo esta muy bien diseñado. Pude observar que eran pocos los visitantes que estábamos en el lugar, solo habían tres chicas que hablaban inglés, una pareja mexicana de jóvenes (su acento me lo indicó) y otra joven con blusa oaxaqueña. Así que constantemente pasábamos unos junto a los otros para avanzar, mientras los demás leían la información presentada o se tomaban alguna fotografía. El score era de Visitantes 4 – Mexicanos 3 (la chica de blusa oaxaqueña era brasileña).

Museo del Templo Mayor: La parte cerrada
La conjunción de elementos como las esculturas y objetos expuestos, la luz y el sonido crean una atmosfera que envuelve al visitan haciéndolo parte de lo que observa, conforme avanzas y lees las explicaciones del uso de las joyas, herramientas, urnas funerarias, Ollas, braseros y demás objetos, empiezas a compenetrarte en ese mundo, sientes el miedo a la muerte que transmiten las máscaras de las deidades y los cuchillos de onix utilizados para los sacrificios, sufres la guerra al estar frente a las armas que se utilizaban, escuchas y hasta sientes los olores del mercado, donde gracias a la ambientación casi pruebas los alimentos precolombinos (muchos de ellos han traspasado en el tiempo y todavía se sirven en la mesa de los mexicanos). La infraestructura del Museo del Templo Mayor esta a la altura de cualquier museo del mundo, además es muy barato.

Esta prohibido tomar fotos mi jefe

Al salir del museo, tenía una sensación de nostalgia y orgullo por la cultura de nuestros ancestros, atravieso los filtros de seguridad para volver al México actual y encuentro un Zócalo lleno de vida, ambulantes vendiendo todo tipo de artículos, escucho música precolombina, me acerco a los danzantes con sus indumentarias y características físicas de nuestro pueblo, verdaderos aztecas, me distraen unas señoras de rasgos y ropa indígenas que esta vendiendo sus artesanías, pienso que después de tanto tiempo México no ha perdido sus tradiciones, que esas personas son descendientes directos de nuestros pueblos, me enorgullezco más de mi país, tenia una sensación de bienestar y orgullo, me acerco para tomarles una fotografía, al hacer la primer toma es cuando escucho la voz aguda con ese tono tan característico de la ciudad de México -“Esta prohibido tomar fotos mi jefe”, - lo ignoro y me repite su frase.  Me invade un coraje ante ese personaje que todavía no observo, me volteo y lo enfrento, es un joven que vendía globos de unos 25 años, con gesto enfurecido y alzando mi voz le pregunte: ¿¡Quien prohíbe tomar fotografías en la calle¡?, - Yo lo prohíbo, me dice altivamente - Volví a enfrentarlo y casi gritando le dije: ¡Este es mi país y soy libre de hacerlo!, me voltee y tome una fotografía más y muchas más. El joven globero dejó de molestarme, no por temor a mi, si no por la convicción en que defendí mi derecho.

No dejemos que secuestren nuestros espacios y lugares comunes. Cumplamos nuestros deberes, para después poder exigir nuestros derechos.

Nota de viaje:
“Bienvenido pasa, esta es tu casa,
aunque te hayan dicho o contrario.
Sal y camina por donde quieras,
que nadie pueda, ponerle freno a tus pasos…”


Nassiry Lugo. Músico y compositor cubano

*Imágenes  por Julio Zamudio.

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