Biotecnología

Colaboración: Nedel Sánchez Valencia. Culiacán, Sinaloa, México.

Un estudio en vehículos revela que las mezclas de biodiésel al 99% (B99) ofrecen las mismas prestaciones que el petrodiésel normal
Una empresa minorista de combustibles renovables (Propel, Inc.) ha realizado un estudio en vehículos de 13 semanas de duración para una empresa panificadora (The Essential Baking Company) con el fin de valorar los efectos de la sustitución del combustible diésel de origen mineral (petrodiésel) por biodiésel al 99% (B99) en su flota de vehículos de distribución. Los resultados del estudio (realizado en Estados Unidos) demuestran que el biodiésel en su forma casi pura (es decir, la mezcla al 99%) ofrece las mismas prestaciones (si no mejores) que el petrodiésel normal. Durante 13 semanas, los vehículos participantes en el estudio (de diferente modelo, itinerario y kilometraje) recorrieron unos 60.000 km con 9.500 litros de biodiésel B99. Los vehículos circularon con más suavidad, sin ningún problema mecánico. Tampoco hubo problemas por el frío meteorológico. Algunos conductores dijeron que sus vehículos hacían menos ruido con la mezcla B99 que con el petrodiésel normal. Por medio de una «plataforma integrada de control de la reducción de las emisiones de carbono», que controla automáticamente los litros y calcula la reducción de las emisiones de dióxido de carbono (y otros contaminantes) generadas por la flota, el estudio ha demostrado que los vehículos con B99 registraron: (1) una reducción de sus emisiones de dióxido de carbono en 16.000 kilos, (2) la sustitución de 5.878 litros de petrodiésel, (3) una reducción del 78% en sus emisiones de partículas, (4) una reducción del 60% al 80% en sus emisiones atmosféricas de toxinas, y (5) una reducción del 100% en las emisiones de compuestos de azufre.
Noticia original: http://www.biodieselmagazine.com/article.jsp?article_id=2719

Un informe evalúa el impacto de los biocombustibles globales sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)
Un informe preparado para la Alianza Global en favor de los Combustibles Renovables señala que «la producción mundial de biocombustibles de 2009 ha reducido las emisiones globales de GEI (gases de efecto invernadero) en 123,5 millones de toneladas».
Esto representa una reducción media del 57% en comparación con las emisiones que se habrían producido si se hubiera utilizado una cantidad equivalente de combustibles derivados del petróleo.
El informe también da una idea clara del efecto positivo que tienen los biocombustibles en la reducción global de las emisiones de gases de efecto invernadero. Entre otras, el informe presenta las siguientes conclusiones:
1) «La producción mundial de biocombustibles ha superado los 100.000 millones de litros anuales en 2009. Una vez contabilizado su contenido energético, esta producción sustituye a 1,15 millones de barriles de crudo al día, que generan unos 215 millones de toneladas de emisiones de GEI al año».
2) Se calcula que la producción global de etanol de 73.700 millones de litros (en 2009) reducirá las emisiones de GEI en 87,6 millones de toneladas.
3) La producción global de biodiésel de 16.400 millones de litros reducirá las emisiones de GEI en 35,9 millones de toneladas.
Noticia original: http://www.globalrfa.org/pr_120909.php

Investigadores neerlandeses realizan un análisis de coste-eficacia sobre la producción de biodiésel de algas en la UE
Investigadores del Grupo de Economía Medioambiental y Recursos Naturales de la Universidad de Wageningen (Países Bajos) han realizado recientemente un análisis de coste-eficacia de la producción de bioenergía a base de algas en la UE.
El artículo se ha publicado en la revista Energy Policy. Se dice que las algas oleaginosas son una buena materia prima para la producción de biodiésel debido a su baja huella de carbono y agua. Sin embargo, su coste de producción es relativamente más elevado que el de los combustibles fósiles. Según el artículo, el coste de la producción de biodiésel a base de algas es actualmente tres veces y media mayor que el de los combustibles derivados del petróleo y dos veces mayor que el del biodiésel de colza. Para que el biodiésel de algas sea competitivo en el mercado, «la productividad de los reactores de algas debería crecer cada año un tres o cuatro por ciento más que la productividad de otros biorreactores a lo largo de un período de quince años». Para ello será importante que la biotecnología reciba inversiones y apoyo de las administraciones públicas y del sector privado.
Noticia original: http://www.wur.nl/UK/newsagenda/news/Algae_biodiesel_production_has_to_be_three_times_cheaper.htm

Los biocombustibles de aviación: actividades de desarrollo y problemas prácticos de producción
En la web de Yale Environment 360, David Biello publica un artículo («¿Son los biocombustibles lo que hace falta para ecologizar la aviación?») en el que resume lo que se ha hecho hasta la fecha en el desarrollo de biocombustibles para la aviación y los problemas prácticos que presenta su producción a gran escala.
El artículo se refiere al éxito de los vuelos de pruebas realizados por algunas compañías aéreas comerciales (Continental, Virgin Atlantic, Air New Zealand o Japan Airlines) con bioqueroseno de aviación obtenido de varias materias primas energéticas de segunda generación (como los aceites extraídos de la jatrofa, la camelina, el coco, el babasú y las microalgas).
Los biocombustibles de aviación tienen un reconocido atractivo desde el punto de vista ambiental, porque las emisiones del queroseno (aunque sean tan sólo el 3% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero generadas por el consumo de combustibles fósiles) tienen una mezcla química que intensifica el efecto de retención del calor (calentamiento global) en la troposfera superior.
Los resultados preliminares del vuelo de pruebas de Air New Zealand demuestran que con el queroseno a base de jatrofa se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero un 60%, y que la mezcla de biocombustible podría ahorrar 1,4 toneladas métricas de combustible en un vuelo de 12 horas.
Biello menciona que el reto más difícil es producir bioqueroseno suficiente para satisfacer la demanda anual de combustibles de aviación de unos 225.000 millones de litros. La elección de la materia prima y el suministro serán consideraciones importantes. La jatrofa, la camelina y algas son las materias primas no alimentarias que se han utilizado para producir biocombustible de aviación.
De estas, la jatrofa y la camelina pueden presentar problemas relacionados con la competencia con los cultivos alimentarios por el uso del suelo. Se dice que el empleo de microalgas en estanques salobres tiene ciertas ventajas como potencial materia prima.
El artículo completo está accesible en la página web de Yale Environment 360.
Noticia original: http://e360.yale.edu/content/feature.msp?id=2160

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