LA BAMBA II

Colaboración: Ing. Fernando Zamudio Jiménez, Culiacán, Sinaloa, México.

Es una canción tradicional de la Huasteca, con mayor apego al estado de Veracruz, en México representa el genero musical del son jarocho y es conocida popularmente como el himno de Veracruz. Aunque existe una versión difundida en los medios comerciales popularizada por grupos de rock en los años 60’s. El son de la Bamba dentro de su contexto tradicional es un son de los llamados de pareja para que los baile un hombre y una mujer, hay como unidad donde los bailan de 2 o más parejas.

El verso que se canta en la bamba es de una temática muy amplia, se cantan versos a las mujeres y sobre situaciones graciosas que suceden en la vida de los jarochos.

“Para bailar la Bamba
Para bailar la Bamba
Se necesita un poco de gracia
Una poco de gracia pa mi y pa ti ya
Y arriba y arriba, Y arriba y arriba
Por ti seré, por ti seré, por ti seré
Yo no soy marinero. Yo no soy marinero.
Soy capitán. Soy capitán. Soy capitán
Bamba, bamba
Bamba, bamba
Bamba, bamba.”

Según su supuesta tradición, estas letras se han cambiado mucho, las cuales dependen del cantante. Por ejemplo, Ritchie Valens cambió las palabras “ y otra cosita” por “pa’ mi, pa’ ti (para mí, para ti).

José Feliciano hizo una versión con un ritmo y palabras diferentes al final de la canción tradicional. Una cantante popular, también hizo su propia versión de la Bamba que tenía letras:

“Para subir al cielo, para subir al cielo
Se necesita una escalera grande”.
Una escalera grande y otra chiquita”.
Ay, arriba y arriba. Y arriba y arriba
Por ti seré, por ti seré, por ti seré

Se piensa que la canción de la bamba tiene como origen los últimos años del siglo XVII aproximadamente y era una canción que satirizaba los esfuerzos del virrey del México por defender a los ciudadanos del puerto de Veracruz de los piratas, sin embargo estas medidas se tomaron ya cuando era demasiado tarde y era lo que trataba de satirizar el pueblo en sus versos.

Las cosas no cambiaban
Así, por varias generaciones la población de Veracruz vivió una tranquilidad especial a la sombra de la protección de las tropas que ocupaban la fortaleza de San Juan de Ulúa. Los pescadores se dedicaban a la pesca, y sobre las tierras cerca de Veracruz descubrieron se que podía producir un nuevo cultivo de mucha demanda a un precio altísimo: la caña de azúcar. También cerca de Veracruz cultivaban cacao, para chocolate y vainilla. Para muchos, Veracruz, parecía un paraíso.

La Virgen de la Escalera los Protegió
Según una crónica jesuita, marinos y habitantes de Veracruz tenían una gran fe en la protección de la Virgen de la Escalera. Su imagen en escultura estaba colocada en la capilla de la escalera que conduce al Caballero Alto de San Juan de Ulúa. Al menos desde finales del siglo XVII, cuando llegaban o salían las grandes flotas de España, dice la crónica que bajaban su estatua en procesión solemne y la colocaban en la esquina del Caballero Bajo, por donde salían las naos disparando salvas y encomendando el buen viaje a su protección.

La Virgen de la Vera Cruz
Otros de los santos de aquel entonces era la Virgen de la Vera Cruz. Dice que ella también protegía a los marineros que viajaban de España a América. El día de hoy se desconoce la localización de su capilla y su leyenda está casi olvidada.

La falta de defensas en Veracruz
La verdad es que el pequeño pueblo de 6,000 habitantes frente a la isla fuertemente fortificada de Veracruz estaba relativamente desprotegida de ataques piratas. En la tranquila ciudad tropical en frente a esta gran fortaleza continuaba la vida cotidiana y nadie imaginaba que algún día perderían la seguridad que habían sentido por más de 80 años.

Un evento que sacudió la tranquilidad
Durante la calurosa noche del martes 17 de mayo de 1683, un pirata holandés, Lorenz de Graaf conocido como “Lorencillo”, desembarcó con más de 900 hombres antes del amanecer y ocuparon silenciosamente el pueblo indefenso de Veracruz. Más que todo, fue sin resistencia de las autoridades locales porque nadie esperaba un ataque directo. A la primera luz, los piratas empezaron a atacar la gente que salía de sus casa o se asomaban por las ventanas, causando un pánico general entre la población.

Acorralados en la iglesia
Luego, juntaron a todos los habitantes de Veracruz en la iglesia parroquial. Así, los mantuvieron presos durante tres días y medio, mientras que los piratas abrían las puertas de todas las casa y hacían lo que deseaban mientras saqueaban al pueblo indefenso. El mes de mayo en Veracruz es uno de los más calurosos del año, y sin alimentos ni agua, primero empezaron a morir los niños. Por decencia, ni se dice lo que hacían con todas las mujeres. Muchos hombres eligieron la muerte tirándose desde la azotea de la iglesia.

Ya para el sábado 22 de mayo, al terminar de saquear la ciudad de Veracruz, los piratas cargaron sus barcos con el botín de su saqueo.

Los rehenes
Para asegurar su escape, los piratas tomaron a la fuerza treinta de las muchachas más bonitas y las dejaron en la Isla de los Sacrificios, para regresar a su escondite en la Laguna de Términos, cerca de la Cd. del Carmen, Campeche. Las muchachas se quedaron allí por otros 5 días más sin comida ni agua antes de ser rescatadas. Las condiciones insoportables del calor, hambre y sobre todo la falta de agua causaron más muertos. Como saldo del ataque de Lorencillo y sus piratas, se calculó el valor del botín que llevaron a más de 4 millones de pesos de aquellos tiempos y un saldo de trescientos muertos.

No tocaron a San Juan de Ulúa
Después del saqueo a Veracruz, notaron los vecinos que los piratas no habían tocado la fortaleza de San Juan de Ulúa. Así se explicaron, que el ataque al vecindario era castigo divino por sus pecados y desvíos del bien. Otros decían que los piratas respetaban a la Virgen en San Juan de Ulúa también porque protegía a todos los marineros.

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